Compraste un deportivo de lujo y estabas encantado, pero después de conducirlo un rato, te aburriste un poco. Entonces, por capricho, se ...

Compraste un deportivo de lujo y estabas encantado, pero después de conducirlo un rato, te aburriste un poco. Entonces, por capricho, se lo prestaste a un amigo o desconocido. Al verlos conducirlo rápido y escuchar sus elogios, te alegraste de nuevo. Alguien te preguntó por qué no lo conducías tú mismo, y respondiste: "¡Si lo condujera yo mismo, no podría ver el coche entero!".