Una mujer taiwanesa de rasgos contrastantes fue víctima de abuso sexual durante el confinamiento en Melbourne. Tenía piel clara, muslos t...

Una mujer taiwanesa de rasgos contrastantes fue víctima de abuso sexual durante el confinamiento en Melbourne. Tenía piel clara, muslos torneados, pies hermosos, un atuendo que recordaba a una estrella de telenovela y una voz dulce, pero en la cama era una zorra que gritaba "¡Ay, Dios mío!". ¿Acaso no se resistía al contacto físico? ¿Cómo es que se excitó con solo unas pocas caricias? ¿Descubrirán sus amigas que tuvo una aventura con un desconocido?